Cuando llegó Humberto a la Fundación no imaginó que encontraría a un grupo de personas que lo asesorarían y acompañarían en el proceso de fabricación de su prótesis. Luego de casi siete meses en la Fundación él ha mejorado su prótesis, ha innovado y ha colaborado con otros makers para que las prótesis que ellos se fabrican sean más resistentes.
Su ánimo e iniciativa han contagiado a todos los makers que lo conocen. Él es un gran ejemplo para todos.